En los meses de buen tiempo, las terrazas, los porches y los patios son sin lugar a dudas los espacios más agradables de tu casa. Sin embargo, cuando llega el frío, se suelen desaprovechar. Por otro lado, en las ciudades acumulan mucha suciedad. ¿Qué mejor solución que un cerramiento acristalado?
Hoy día los montajes se han simplificado mucho, y la perfilería ha mejorado tanto que en ocasiones desaparece. Es una lástima desperdiciar los metros extra que nos ofrecen los espacios al aire libre, cuando podemos eliminar de un golpe el polvo, el frío y el ruido excesivo.
Es fundamental que adecuemos la instalación a nuestras necesidades. No es lo mismo una terraza con vistas al mar o la montaña, donde un espacio diáfano es esencial, que otra donde necesitemos un aislamiento térmico y acústico superior. En el caso que nos ocupa, las cortinas de cristal son el producto a elegir cuando lo que prima es la visibilidad y la sensación de espacio abierto
Lo mejor de las cortinas de vidrio
Las cortinas o cerramientos de vidrio son un sistema novedoso sin perfilería, que permite cerrar estructuras cubiertas como terrazas o porches. No tienen perfiles, con lo que no alteran el aspecto visual. Hablamos de hojas de vidrio templado que se deslizan y recogen limpiamente en uno de los extremos.
Una de sus principales fuentes de popularidad es que permiten acristalar terrazas redondeadas ya que su sistema de deslizamiento permite cualquier tipo de ángulo. Lo único necesario es un techo que no supere los tres metros de altura donde instalar las guías superiores.
Al estar fabricadas en vidrio templado, no sólo son resistentes, sino que en caso de romperse se fraccionan en pequeños trozos que no se esparcen, como las lunas de los coches.